Eres mi droga y mi jodida perdición.

Tenías nombre propio, ... Tenías una sonrisa de esas que no se saben poner así como así. Tenías un olor que se restregaba con el viento, y se pegaba en mi ropa los viernes, a las nueve y treinta y tres de la mañana. Te fumaba,  te fumaba en ocho caladas y te apagaba en mi cuerpo, jodiéndome a quemaduras, y por eso ahora estoy marcada de cicatrices que sólo hablan de ti. Eras pura dinamita, pero no tenías mecha para que pudiera prenderte, y yo no tenía fuego para poder quemarte las ganas. Te creías inmortal,  y por eso te ambicioné como si nunca fueras a morir. Por eso me creí ese verbo, que habla de 'para siempres' que sólo me recuerdan a ti. Sí, amor, nunca supe cómo quitarme las ganas de estar bajo tu mismo cielo, de consumirte bajo la misma la luna y despertarme contigo por el mismo sol. Tenías tantas formas de acabar conmigo... que a veces creí que moría de ti. Eres mi droga, y mi jodida perdición. Pero todos queremos que nos encuentres, todos hablan ti, a tus espaldas... y nadie se pone de acuerdo, que todos dicen que eres suyo, pero yo, no se lo niego y por eso te oculto, te mimo y te personifico, y te guardo en secreto, porque sé que eres tú, amor.

Escrito por:Sara blanco.